Todomonteria

El pasado fin de semana, sobre las 11 de la mañana el pueblo de Valdecaballeros (Badajoz) se vio envuelto en un infierno de llamas que arrasó monte, dehesas y parte del alma de esta tierra. Pero frente al fuego, surgió algo más fuerte: la solidaridad, el compromiso y el coraje de quienes conocen y aman el campo como pocos.

El fuego pasó por encima de una de las perreras

Mientras los servicios de emergencia luchaban por contener el incendio, fueron muchos los vecinos que se volcaron en ayudar. Entre ellos, destacan con fuerza los rehaleros de la zona, que no dudaron en dejarlo todo para acudir con sus vehículos, su conocimiento del terreno y su espíritu de entrega a ayudar a otros compañeros para salvar tres rehalas muy conocidas de la zona, la de Chanchu y la de Marrupe, que podrían haberse visto afectados sin la rápida intervención de todos. Hombres y mujeres de monte, curtidos en mil batallas, que no se lo pensaron dos veces a la hora de colaborar cediendo sus instalaciones, como Ángel Potoco o Jarón, camiones, como Mario Gómez-Tostón, su mano de obra, como Consoli o, simplemente, con llamadas de preocupación, apoyo y ánimo, como muchos rehaleros de la Asociación de Rehalas Las Villuercas.

Recogiendo y transportando tres rehalas en un momento realmente extremo. Vídeo cedido por Asociación Española de Rehalas.

Rehala Chanchu

Una perra parida rescatada del incendio. Foto: Rehala Chanchu. 

Héroes sin capa, pero con nombre y apellidos

Trabajadores de fincas cercanas estuvieron horas, hasta bien caída la noche, con los retenes abriendo cortafuegos, porteras y caminos con tractores y motoniveladoras. Salvaron ganado y consiguieron retener las llamas en la zona sur de la cabeza. Héroes sin capa como Luis Cervantes, conocedor del terreno como pocos, Félix Rivera, José Luis Sánchez, Flores Casatejada, Ubaldo Abades o Agustín Delgado, que se dejaron la piel para poner fin a este infierno antes de que el mal fuese aún mayor.

zona de contrafuego

El viento ayudó a controlar la zona alta. Y los medios aéreos consiguieron estabilizar las llamas por la mañana.

Impactantes imágenes y  declaraciones de Aaron García, empleado de la Cooperativa Villa Pilar.

Paralelamente, los ganaderos de la Cooperativa Villa Pilar dieron una lección de entereza y unidad. Con las llamas en el horizonte y el miedo en el cuerpo, se coordinaron para proteger a sus más de mil ovejas y colaborar en todo lo necesario. Lo hicieron con la misma generosidad con la que cuidan del campo cada día, demostrando que su vínculo con la tierra va mucho más allá del trabajo. Porque lo que viven del campo aman el campo.

Escúchalo aquí:

También las sociedades de cazadores de Castilblanco y Valdecaballeros estuvieron desde el primer momento al pie del cañón. Su conocimiento del terreno fue vital para orientar a los equipos de extinción y evitar una catástrofe aún mayor. El agradecimiento de todos es unánime para Alberto Marchena, de la Sociedad de Cazadores de Valdecaballeros e Ismael Marrupe, Presidente de la Sociedad de Cazadores de Castilblanco.

Desde Todomontería queremos mostrar nuestro máximo respeto a todos los afectados, a los Ayuntamientos de Valdecaballeros, Alía y Castilblanco y agradecer la labor incansable de la gente de campo por salvar el monte.

La coordinación de los trabajos se centralizó en el Puesto de Mando Avanzado, ubicado en el término municipal de Castilblanco, desde donde se tomó el pulso minuto a minuto de la difícil evolución del incendio debido a las condiciones climatológicas. Allí estuvieron representantes del INFOEX, la Guardia Civil, Agentes del Medio Natural, voluntarios de Protección Civil y responsables municipales de los pueblos afectados, junto al Consejero de Gestión Forestal y Mundo Rural, Ignacio Higuero, que estuvo al pie del cañón en todo momento desde la declaración del incendio.

Olivos Castilblanco

Olivos de Castilblanco. 

Vídeo de colmenas quemadas, cedido por Juan Antonio Jarón. 

Hoy, cuando solo quedan rescoldos y cenizas comienza el recuento de daños: encinas centenarias, pastos ganaderos, flora, fauna, puestos de colmenas, ganado, miles de olivos calcinados, infraestructuras… Daños económicos y mucho, mucho daño emocional.

Gracias a todos y a cada uno de los efectivos y a cada uno de vosotros, personas anónimas que disteis todo por ayudar en este desastre medio ambiental, aunque no estéis nombrados en el texto. Os merecéis el reconocimiento y más. 

Emilio Jiménez y Vanessa Barba.